Menú de Jesús Acevedo.

Menú de Jesús Acevedo.
2008.

Un plato de judías.

1-Sembrar una judía con las condiciones y los cuidados necesarios para su desarrollo.

2-Observar el crecimiento de la planta. Es especialmente emocionante el momento en que asoma en la tierra. Pero también el de la aparición de las hojas, el nacimiento de la flor, los frutos, las semillas y su maduración.

3-Cuando tenga el tamaño adecuado, recolectar.

4-Elegir de entre todas las judías, una.

5-Cocerla con agua y sal.

6-Servirla.

7-Sembrar las judías no elegidas con las condiciones y los cuidados necesarios para su desarrollo.

8-Observar el crecimiento de las plantas. Es especialmente emocionante el momento en que asoman en la tierra. Pero también el crecimiento de las hojas, la aparición de la flor, los frutos, las semillas y su maduración.

9- Cuando tengan el tamaño adecuado, recolectar.

10-Elegir de entre todas las judías, una por cada planta.

11-Cocerlas con agua y sal.

12-Servirlas.

13-Sembrar las judías no elegidas con las condiciones y los cuidados necesarios para su desarrollo.

14-Observar el crecimiento de las plantas. Es especialmente emocionante el momento en que asoman en la tierra. Pero también el crecimiento de las hojas, la aparición de la flor, los frutos, las semillas y su maduración.

15- Cuando tengan el tamaño adecuado, recolectarlas.

16-Elegir de entre todas las judías, una por cada planta.

17-Cocerlas con agua y sal. Tal vez ya puedes invitar a comer a alguien.

18-Servirlas.

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Huevo frito.

Ingredientes:
Un huevo, aceite de oliva y sal

Duración:
Toda la vida anterior al momento de hacer el huevo.

Preparación:
1. Nacer uno mismo.

2. Dejar transcurrir el tiempo suficiente como para desarrollar las capacidades psicomotoras que permitan freír un huevo. Para entonces ya debe haber nacido una gallina y madurado lo suficiente como para poner huevos.

3. Robar un huevo a la gallina.

4. Freírlo con aceite y sal.

5. Servir.

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Tu propia saliva

Ingredientes: tu propia saliva

1 Sentarse en un lugar cómodo.
2 Cerrar los ojos y pensar en algo que está por venir y que te asuste realmente.
3 Traga saliva.

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Tus uñas.

Ingredientes:
Ninguno que no tengamos a mano.

Duración:
Variable, pero estimada en menos de un minuto.

Preparación:
1. Esperar la llegada de un momento de inquietud. Pueden servir una declaración de amor, un examen importante, el enfrentamiento con una persona que tememos, la preparación de una celebración en la que todo ha de salir perfecto, un viaje largo y con riesgos, la participación en un concurso donde hay en juego gran cantidad de dinero, el reencuentro con una antigua pareja, la salida a escena para presentar un acto, la espera del diagnóstico de una enfermedad grave…

2. Mirarse las uñas y elegir una cuya forma y tamaño facilite ser mordida.

3. Morder con los incisivos la uña elegida hasta conseguir que se desprenda un pequeño fragmento.

4. Mantener en la boca el fragmento y mordisquearlo hasta conseguir reblandecerlo.

5. Ayudado por la saliva, tragar.

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Bebida. Agua fresca.

Ingredientes:
Agua

Preparación:

1 Acudir a un manantial en una montaña cercana a su casa.
2 Crear la forma de un cuenco con sus manos y dejar que el agua caiga en ellas.
5 Beber.

Acción sencilla para conseguir comida.

Acción sencilla para conseguir comida.
Jesús Acevedo.
2008.


Ingredientes:
Bueno, no hacen falta.

Duración:
El tiempo que tardas en llegar hasta el asador de pollos más cercano a tu casa y volver. Esta duración puede verse incrementada si se ha producido previamente un exceso de demanda y hay que esperar en el establecimiento a que los pollos terminen de asarse.

Preparación:

1. Esperar la llegada del domingo. No se recomienda realizar esta receta ningún otro día de la semana, en todo caso, cabría aceptar un festivo.

2. Sentir, a eso de las dos o las tres de la tarde, a la vez que hace aparición el hambre, cierto tipo de pereza y escasa predisposición para cocinar. No necesitamos justificarnos, pero también podría suceder que seamos presas del cansancio por haber trabajado con intensidad durante la semana, que tengamos la cocina en obras, que nos hayamos acostado tarde y tras una abundante ingesta de bebidas alcohólicas, o que se haya acabado el gas. Para disfrutar plenamente de esta receta es muy importante no tener ganas de cocinar o, en su defecto, que las circunstancias nos impidan hacerlo. No es recomendable que realice esta receta si no se cumplen estas condiciones.

3. Ha de disponer de un asador de pollos en las proximidades de su casa. Diríjase a él. Una variación de esta receta consiste en convencer a otra persona para que vaya ella. En ese caso, usted renuncia a la parte de la receta que incluye un paseo y la posibilidad más que probable de hacer una cola que reúne, normalmente, a personas de muy variada procedencia; también al instante en que se puede reconocer en el aire el primer rastro de olor a pollo asado y la sensación de incremento progresivo de este estímulo en su olfato hasta llegar al asador. Renuncia también, en muchos casos, a las altas temperaturas que un, casi siempre, insuficiente sistema de refrigeración permite en el interior del establecimiento. Es de agradecer en invierno pero incomoda en verano.

4. Pedir el pollo.

5. Regresar a casa.

6. Servir acompañado de guarnición. Son recomendables, por lo fácil que resulta encontrarlo también en el asador (ya sabes, se trata de no cocinar), patatas fritas y pimientos verdes fritos.